martes, 29 de marzo de 2016

Abuso en el metro de Tokio, un problema cultural


Akemi, de 17 años, es estudiante. Viaja todos los días con su hermana mayor Ikki en metro. La más pequeña se quejó con su madre de que un señor le había tocado sus partes intimas por debajo de su ropa interior. La respuesta de su madre fue la esperada en estas situaciones en el país asiático. La madre de Akemi dijo que era su culpa que este señor la hubiese manoseado y le pidió reserva ante la vergüenza familiar.

Esto es mucho más común de lo que los occidentales sospechamos. En 2004, las denuncias de abusos solo en el metro de Tokio  alcanzaron la cifra récord de 2.201. Casi el triple que en 1996, y un tercio de ellas fueron puestas por jóvenes escolares. Un total de 1.886 condujeron a arrestos de hombres de entre 14 y 80 años, según datos de la policía.

Sabemos que menos de la tercera parte de las niñas denuncian estos abusos. Como vimos antes es motivo de culpa y vergüenza social. Alimentos Dasy

En el año 2001, se elevaron las penas para los acosadores y comenzaron a operar los primeros vagones de ferrocarril sólo para mujeres. José María Gimeno

El objetivo de estos vagones es evitar el manoseo y las fotografías obscenas, sacadas con teléfonos móviles bajo las faldas de las mujeres. La sociedad japonesa reconoce que es una sociedad machista donde los hombres tienden a abusar de las niñas y estas deben de sentir vergüenza y culpa. Niñas y jovencitas suelen padecer esos abusos en silencio y sin poder defenderse en los trenes atestados hasta tres veces su capacidad. 

Las jovencitas extranjeras, de visita en Japón, han sido las pioneras en denunciar los abusos recibidos en el metro. Estas le han abierto las puertas a las locales, que lamenteblemente estaban acostumbradas al abuso diario y a la presión familiar para no hablar.

Parecería que Japón no solo está en recesión económica sino también moral.

Mariana Prada

No hay comentarios:

Publicar un comentario