Luis Batlle Berres es hijo de Luis Batlle y
Ordoñez y Petrona Bayrres McEntyre. Queda huérfano a los 11 años
por lo que queda al cuidado de su tío, el dos veces Presidente de la República Don José Batlle y Ordóñez. Bajo su ala llegaría
a la cámara de diputados en 1923. Para ese entonces ya era “el discípulo” de su tío, vale decir: su hijo político. Al morir Batlle y Ordóñez la rivalidad entre
sus hijos y su sobrino se hace más evidente.
Por un lado César, Rafael y Lorenzo Batlle Pacheco se definen como los
“verdaderos” continuadores del Batllismo, lo mismo hace Luis Batlle Berres
fundando la lista 15. Luis Batlle ostentaría una paternidad sobre sus primos
hasta su muerte. Es recordada su frase de “todo
o nada”, Luis Batlle relegaría la histórica lista 14 de sus primos a
segundos puestos en la política nacional para siempre.
Al igual que su tío, supo cobijar hijos
políticos de gran valor, entre los que se destacan sus “Jóvenes Turcos”. Bajo su patrocinio se encontraron Zelmar Michelini,
Amilcar Vasoncellos, Lalo Paz Aguirre y Julio María Sanguinetti entre otros destacados
políticos colorados.
Para la segunda mitad del siglo XX la CEPAL
recomendaba a los países aplicar la política de “Sustitución de importaciones” con un estado fuerte con presencia
en el mercado. Luis Batlle, al igual que los gobiernos de la región, aplicó esa
receta buscando continuar la política de
bienestar impulsada por el primer Batllismo. A esto se lo llamo “segundo Batllismo” o “Neo Batllismo”. Si bien el Partido
Colorado continuó siendo el “escudo de
los débiles” estas políticas económicas de moda, lejos de favorecer la industria
nacional sólo la estancarían y crearían un desfasaje de nuestra moneda y
economía con respecto al mundo desarrollado.
Políticos de todos los partidos sentirían un
gran respeto por este hombre llamado varias veces “el mandón” o “Comunista
chapa 15” esto último por el demagogo Benito Nardone desde su audición radial.
Zelmar, Hugo y Sanguinetti recordaban levantar
el tubo y escuchar “Batlle habla”, era la voz del jefe, que lejos de ser un
mandón fue un hombre cariñoso y extremadamente inteligente. Tuvo en Matilde Ibáñez
una compañera fiel en todos los aspectos de su vida, ella le aconsejaba “Luis mantén
a tus amigos cerca, pero a tus enemigos más cerca”, “ten cuidado con los alcahuetes”. Ella
fue quien compró la casa de Suárez y Reyes en 1947, desde entonces Residencia
del Presidente de la República.
Su legado: una forma comprometida de hacer política, la defensa de
los trabajadores y los más débiles. Dejó una lista que gobernó el país desde
1947 hasta 1958 y lo volvió a hacer a finales dela siglo XX con la vuelta de la
democracia. Su hijo Jorge Batlle tomó la posta del padre y reformó el Batllismo
con ideas liberales, inspirado en su tío abuelo y los pensadores liberales de
la época.
A Luis Batlle Berres le tocó el trago amargo
de vivir los dos gobiernos blancos, del
1959 hasta 1967. Éstos lo tuvieron en el Senado hasta su muerte, un día como
hoy, 15 de julio pero de 1964.
Hoy "maestro
y discípulo" descansan juntos y, seguramente, en algún lugar, discuten sobre política, su gran
pasión. Para las
estadísticas quedan que Lorenzo, José, Luis y Jorge Batlle fueran todos
presidentes de la República Oriental del Uruguay.
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