La euforia mostrada por Daniel “Gallina” Narezo en los días previos a la elección del pasado
domingo al grito de “Scioli es el próximo Presidente y Aníbal el
próximo Gobernador” se cayó a pedazos en pocos minutos. Con los
(demorados) resultados a la vista que confirmaban que la ventaja de Scioli era
mínima y que su íntimo amigo “el bigote” perdía en la provincia, la sonrisa de
“la Gallina” se borró al instante. Ni siquiera el consuelo de su íntimo amigo
Matias Capeluto, el coordinador en Argentina de la Red de Apoyo a las
Revoluciones sirvió de algo. Hasta se quedó sin fuerza para mostrar la V de la
victoria. “Pobre Narezo, quedó hecho pelota” confió alguien cercano a quien figura como propietario del bar Perón – Perón. Se lo veía demacrado en el bunker de Daniel Scioli.
El futuro
para Narezo es negro y más allá del milagro de que Scioli gane en segunda
vuelta se le viene la noche. Con Macri Presidente y Maria Eugenia Vidal como
Gobernadora de la provincia de Buenos Aires, se corta la canilla del dinero
fácil. Ya no habrá pautas generosas para Radio Madre, ya
no habrá dinero fácil para los proyectos de Hebe de Bonafini y las Madres de
Plaza de Mayo y ya no habrá “negocios paralelos” o viajes alrededor de las
capitales progresistas de la región alentando las revoluciones y pagos por la
generosas billetera del gobierno argentino.
Pero no solo se acaba el dinero fácil. En caso de ganar Mauricio Macri la Justicia comenzara a sobrevolar sobre
estos personajes poniendo el ojo en todas sus actividades que han desarrollado
en los últimos años. Ese ojo que mirara ahora los viajes de Narezo y
Capeluto a Bolivia, Uruguay, Ecuador, Venezuela, Medio Oriente y Cuba con valijas generosas.
A quien también se la acaba la fiesta es a su jefe,
Víctor Hugo Morales, salvo que
decida convertirse al macrismo, a cambio de una generosa suma de dinero, como
lo hizo con Nestor Kirchner en la recordada “conversación telefónica”.
Los bares que regentea “El Revolucionario” y el “Perón
- Perón” ya no serán centros de reunión de los funcionarios y adherentes al
Kirchnerismo. La Radio Madre ya no tendrá una facturación como si fuera la
primera de las emisoras y la Universidad de las Madres deberá pensar cómo
financiarse.
Como dice el título de esta nota: la depresión en
el gallinero es grande. Es que los huevos fueron a otra canasta. Algo que jamás
hubiesen imaginado Narezo, Vandenbroele y el resto de la plana mayor de testaferros del
Kirchnerismo. Mucha soberbia e
impunidad. La situación política en Argentina ya cambio. El mensaje es claro. Todo
indica que la depresión va a ser muy larga.
Benjamín Beltran
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